Buenas tardes a todos!!
El otro día, me pasó algo bastante extraño. Llevaba sin volver a Granada siete meses exactos. Cuando llegué, bueno, las cosas seguían más o menos como las había dejado, más obras y más paro, por lo demás todo igual. Era una sensación rara, sentía como si no me hubiese marchado, mis amigos seguían ahí, los mismo bares, las mismas bromas....
Lo que me sorprendió fue la cantidad de gente a la que vi, personas que no pensaba que vería, viví situaciones que no pensé que viviría y fui a lugares en los que nunca antes nadie me había visto. La verdad es que todo eso me demostró que la gente me echa de menos, que mis amigos son muy importantes para mí, y además me hizo ver mi ciudad como un gran sitio donde vivir, pese a que siempre haya renegado de ella.
Cuando volví a Barcelona me sentía bastante triste, sobre todo porque de las últimas personas de las que me despedí fueron mis sobrinillos y mis padres. Es curioso, siempre he sido bastante despegado y aunque no hay nada que odie más que llas despedidas, nunca me habían afectado tanto.
Después de una breve estancia en Barna, volví a Brno, donde me tocó ir sentado al lado de una chica que tenía pánico a los aviones y que al despegar le iba a dar algo. O le mataban los nervios o la mataba yo, así que decidí ser lo suficientemente inteligente para darle conversación y desviar su atención del inminente accidente aereo (aunque por momentos decidí que era mejor que el avión se estrellase por tal de que dejase de ponerme de los nervios).
Cuando llegué aquí, el país me dio la bienvenida con unos 5º de temperatura, frente a los 29 de España y uno de los cielos más grises que jamás haya visto. Cuando llegué a casa otra sensación me invadió.... Estás en tu casa, TU casa. Aquí es donde vives, aquí es donde trabajas, aquí es donde tienes tus compañeros de trabajo, parte de tus amigos y..... tu vida. Es difícil de explicar, es difícil ver que,para bien o para mal.,ya no perteneces a todo eso que dejaste atrás, que tu vida ya no está ahí con los tuyos, tus amigos, tu familia, el perro puto y pequeño. Y creedme, eso me da un poco de miedo de alguna manera.
Ahora sólo me falta intentar integrarme un poco más en la cultura de éste país, aprender el idioma e intentar socializar con más gente fuera del trabajo, por lo pronto ya voy a los partidos de hockey y tras dos días de trámites burocráticos, espero finalizar mañana el proceso de registro civil en estos lares (seguro que no, que aún tengo que volver con algún otro estúpido papel a la policía de extranjería, donde por cierto no hablan inglés, que te creías?)
Más terroríficas historias vendrán pronto jóvenes!
El otro día, me pasó algo bastante extraño. Llevaba sin volver a Granada siete meses exactos. Cuando llegué, bueno, las cosas seguían más o menos como las había dejado, más obras y más paro, por lo demás todo igual. Era una sensación rara, sentía como si no me hubiese marchado, mis amigos seguían ahí, los mismo bares, las mismas bromas....
Lo que me sorprendió fue la cantidad de gente a la que vi, personas que no pensaba que vería, viví situaciones que no pensé que viviría y fui a lugares en los que nunca antes nadie me había visto. La verdad es que todo eso me demostró que la gente me echa de menos, que mis amigos son muy importantes para mí, y además me hizo ver mi ciudad como un gran sitio donde vivir, pese a que siempre haya renegado de ella.
Cuando volví a Barcelona me sentía bastante triste, sobre todo porque de las últimas personas de las que me despedí fueron mis sobrinillos y mis padres. Es curioso, siempre he sido bastante despegado y aunque no hay nada que odie más que llas despedidas, nunca me habían afectado tanto.
Después de una breve estancia en Barna, volví a Brno, donde me tocó ir sentado al lado de una chica que tenía pánico a los aviones y que al despegar le iba a dar algo. O le mataban los nervios o la mataba yo, así que decidí ser lo suficientemente inteligente para darle conversación y desviar su atención del inminente accidente aereo (aunque por momentos decidí que era mejor que el avión se estrellase por tal de que dejase de ponerme de los nervios).
Cuando llegué aquí, el país me dio la bienvenida con unos 5º de temperatura, frente a los 29 de España y uno de los cielos más grises que jamás haya visto. Cuando llegué a casa otra sensación me invadió.... Estás en tu casa, TU casa. Aquí es donde vives, aquí es donde trabajas, aquí es donde tienes tus compañeros de trabajo, parte de tus amigos y..... tu vida. Es difícil de explicar, es difícil ver que,para bien o para mal.,ya no perteneces a todo eso que dejaste atrás, que tu vida ya no está ahí con los tuyos, tus amigos, tu familia, el perro puto y pequeño. Y creedme, eso me da un poco de miedo de alguna manera.
Ahora sólo me falta intentar integrarme un poco más en la cultura de éste país, aprender el idioma e intentar socializar con más gente fuera del trabajo, por lo pronto ya voy a los partidos de hockey y tras dos días de trámites burocráticos, espero finalizar mañana el proceso de registro civil en estos lares (seguro que no, que aún tengo que volver con algún otro estúpido papel a la policía de extranjería, donde por cierto no hablan inglés, que te creías?)
Más terroríficas historias vendrán pronto jóvenes!
bueno, de aquí o de allí... porque elegir y no compartir?
ResponderEliminarA ver, mamonson; todas esas sensaciones me suenan de algo, claro, que en tu caso el cambio de una a otra parte es mucho mas brusco que en el mio! Si te pones con el idioma seria lo suyo, entender mejor el sitio donde vives, que no solo a base de birras y entrecots se entiende eh! Jejejje; de todas formas ya sabes, aquí estamos unos pocos dispuestos a carolizar cuando sea necesario, he dicho! Mariconsoooon!
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