Estaba en el aeropuerto de Praha esperando al autobús que me llevaría de vuelta a casa. Tenía que esperar más de dos horas pues para cubrirme las espaldas compré el ticket de la siguiente hora para tener tiempo, y el avión llegó 40 min antes, lo que me daba un tiempo extra nada placentero.
Ella estaba sentada esperando el autobús, yo pensé que era británica pues estaba leyendo un libro en inglés, aunque era demasiado guapa para ser de la isla de los monos, ella pensaba que era checo (no me preguntéis por qué). Romper el hielo en este tipo de situaciones es relativamente fácil, tras una series de simples trucos de magia y juegos tontos, la convencí para que me ayudase a cambiar el ticket y viajar juntos, pues ella , aunque llevase cinco años viviendo en UK, era de Brno.
Al final peleando un poco con la compañía de autobuses conseguimos tener dos plazas en el autobús, lo que nos daba unas tres horas más de conversación, más las casi dos horas que llevábamos juntos ya. Digamos que de alguna manera congeniamos bastante bien, cosa poco común con una chica de estos lares, aunque ella no contaba, pues llevaba bastante tiempo en UK y sobre todo, llevaba casi dos años sin aparecer por su país natal, ergo se había olvidado de la mala follá que caracteriza a la gente de estos lares.
El caso es que cuando llegamos a la estación de autobuses, el mendas, como buen caballero, introdujo su enorme culo en el departamento de las maletas y sacando primero la suya y luego la mía me enderecé y qué me encuentro cuando alzo la mirada? Una mujer se tira a mis brazos, me da dos besos mientras otras dos personas más me rodean preguntándome que cómo estoy.
- Oh! que guapo es! Por qué no nos has dicho que venía él! Menuda sorpresa!
Cualquiera que me conozca sabe que soy una de las personas que tienen más cara dura del planeta, pero ante este tipo de situaciones no puedo evitar que me invada la vergüenza.
Y así, señores, el mendas lerendas marchose sin pedir el teléfono a esa chica a cuya madre, hermana y cuñado, ya le había gustado. Sin comerlo ni beberlo había conseguido pasar la prueba más difícil, y que todo el mundo teme, cuando empiezas una relación sentimental. Cuando te encuentras con casos como "la cajera que fué despedida por sonrerir" o " la chica pro-patria" te arrepientes de no haber pedido el teléfono a esa chica, pero bueno, ya sabéis cómo soy....
Ella estaba sentada esperando el autobús, yo pensé que era británica pues estaba leyendo un libro en inglés, aunque era demasiado guapa para ser de la isla de los monos, ella pensaba que era checo (no me preguntéis por qué). Romper el hielo en este tipo de situaciones es relativamente fácil, tras una series de simples trucos de magia y juegos tontos, la convencí para que me ayudase a cambiar el ticket y viajar juntos, pues ella , aunque llevase cinco años viviendo en UK, era de Brno.
Al final peleando un poco con la compañía de autobuses conseguimos tener dos plazas en el autobús, lo que nos daba unas tres horas más de conversación, más las casi dos horas que llevábamos juntos ya. Digamos que de alguna manera congeniamos bastante bien, cosa poco común con una chica de estos lares, aunque ella no contaba, pues llevaba bastante tiempo en UK y sobre todo, llevaba casi dos años sin aparecer por su país natal, ergo se había olvidado de la mala follá que caracteriza a la gente de estos lares.
El caso es que cuando llegamos a la estación de autobuses, el mendas, como buen caballero, introdujo su enorme culo en el departamento de las maletas y sacando primero la suya y luego la mía me enderecé y qué me encuentro cuando alzo la mirada? Una mujer se tira a mis brazos, me da dos besos mientras otras dos personas más me rodean preguntándome que cómo estoy.
- Oh! que guapo es! Por qué no nos has dicho que venía él! Menuda sorpresa!
Cualquiera que me conozca sabe que soy una de las personas que tienen más cara dura del planeta, pero ante este tipo de situaciones no puedo evitar que me invada la vergüenza.
Y así, señores, el mendas lerendas marchose sin pedir el teléfono a esa chica a cuya madre, hermana y cuñado, ya le había gustado. Sin comerlo ni beberlo había conseguido pasar la prueba más difícil, y que todo el mundo teme, cuando empiezas una relación sentimental. Cuando te encuentras con casos como "la cajera que fué despedida por sonrerir" o " la chica pro-patria" te arrepientes de no haber pedido el teléfono a esa chica, pero bueno, ya sabéis cómo soy....
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